EIPC Snake 1.0

EIPC Snake es una versión para PC del clásico juego de la serpiente, tan popular en los teléfonos móviles (especialmente hace años). Seguramente gracias a su sencillez y adictividad, ya que apenas 4 teclas bastan para realizar todos los movimientos necesarios. Descargar juegos de la serpiente para Windows es sencillo... hay cientos (nos atreveríamos a decir que miles) de versiones disponibles, y la mayoría bastante parecidas entre sí. Por este motivo, a la hora de presentar un título como EIPC Snake debemos poner el énfasis en comentar cuáles son sus particularidades, o en qué se diferencia de otros snake games para PC.

EIPC Snake sigue fielmente las reglas de este juego: controlando una serpiente, en una pantalla de juego cerrado, tu objetivo es comer todas las frutas que seas capaz, sin chocar contra las paredes, ni contra ti mismo. Hasta aquí, todo en orden. Ya sabes que con cada fruta que comas en EIPC Snake, tu serpiente aumentará de tamaño, ¡así que a ver hasta dónde eres capaz de hacerla crecer!

Una novedad interesante de este juego de la serpiente para ordenador es que, aparte de poder ver la puntuación que llevamos en cada momento, también se nos muestra en tiempo real la longitud exacta (medida en número de piezas) de nuestra serpiente. Ya sabes que esta longitud aumenta en una pieza cada vez que comemos una fruta. Debemos reseñar también que el escenario de juego es bastante amplio (no como sucede en los móviles), así que pueden pasar varios minutos antes de que la cosa se ponga seria y comiences a quedarte sin espacio para tu serpiente.

Los puntos fuertes de este juego de la serpiente online, ya te los imaginas: un manejo muy simple, una velocidad frenética, una dificultad increscendo... y una jugabilidad absolutamente cósmica. Incluso el jugador que no haya probado en su vida un juego de la serpiente (si es que todavía queda alguien así) se encontrará manejando a la serpiente con destreza en unos pocos segundos.

En nuestra opinión, este juego de serpiente gratis es un vivo ejemplo de que, en cuestión de videojuegos, los grandes clásicos nunca mueren.

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